*Pasado un buen rato me desperté, había sido una buena siesta hasta que empecé a oir ruidos extraños... Mi curiosidad no daría más de sí, por lo que me levanté apoyándome en aquel gran árbol de raíces sobresalientes, me sacudí un poco las medias y el vestido, y me dirigí por donde había venido, siguiendo las huellas que anduve dejando.
Cuando salí del bosque lo miré detras mío con tristeza... Luego continué andando hasta llegar a la clase que tocaba.