-No las des.- Le respondí con un tono algo serio, pero sin querer ofenderla, haciendole notar que lo hacía por ella, sin pedir siquiera un "gracias" a cambio. Luego me coloqué a su lado izquierdo, pasando mi brazo derecho por su espalda, acercándola a mí, para intentar darle calor, ya que hacía mucho frío en aquel lugar.- Te acompaño a tu habitación.