Pisé en ese suelo que se distinguía de la tierra que había dejado atrás y dejé mi maleta en el suelo extirando un poco mis manos. Depués cogí de nuevo la maleta y me fijé en unos chicos que hablaban y reían, giré la vista de nuevo y me dirgí a la puerta del instituto. La abrí y la cerré lentamente, muchos chicos me miraban y cuchicheaban algo mirandome y señalandome. Ni siquiera los miré y em dirigí a la primera planta que me habían dicho que se encontraban los dormitorios.