Depués de terminar las escaleras, llegué al pasillo de la primera planta y me fijé en las puertas de los cuartos que llevaban unos nombres a su derecha, me fijé en cada uno de los nombres y llegué al final del pasillo y me fijé en la puerta más alejada de las escaleras: ponía mi nombre. La abrí tan rápido como pude y me metí dentro.